lunes, 1 de marzo de 2010

A robar y a robar y a robar y a robar mi vida

"Hay que matar a todos los negritos estos de bolivia que vienen a robarnos el trabajo a los argentinos."
"Porque antes estaba bien, venían a trabajar en los túneles del subte, se morían por trabajar; ahora son todos vagos y chorros."
En fin, creo que no tengo que seguir explayándome sobre la sabiduría de taxista. Y eso que ni empecé con las frases sobre judíos y montoneros. Realmente habría que escribir una tesis sociológica sobre la relación entre la xenofobia y la posesión de un renault 12 pintado de negro y amarillo. Lo que sí podemos sacar en claro es que hay que matar a todos estos "negros putos de bolivia y paraguay", o sea, prohibir el fútbol, porque al final ninguno trabaja pero los de boca "son todos bolitas", los del rojo son todos "negros putos" y los de san lorenzo "viven en una villa". Sin embargo, uno no podría prohibir el fútbol; no porque sea "un deporte maravilloso" y "no podríamos vivir sin él", sino porque toda esa manga de animales que "les gustan las putas y los estimulantes" son los que hacen las buenas fiestas, te animan la noche y después te roban a la vuelta de la esquina. Y eso es lo que mantiene a la economía. ¿Qué sería de este país, de cualquier país, si no existiesen los chorros? Primero y principal, la vida sería aburrida. ¿Dónde estaría ese peligro que uno corre al caminar por Parque Roca con una remera de 200 pesos -cosa que nunca hice, pero porque no puedo entender que alguien gaste 200 pesos en una remera-? Clarín se quedaría sin páginas; no lo podemos permitir.
Segundo, no existirían muchas de las mayores expresiones artísticas del último siglo. Todos sabemos que a Lennon y McCartney se les ocurrió la primera canción después de que les afanaron el celular -y, si asumimos que 'I saw her standing there' fue la primera, después de un terrible acto de abuso de menores-; o que Rodrigo era un pequeño bándalo, y sin embargo ahora cantan sus canciones por los más remotos lugares de España, otro lugar lleno de chorros. Ni hablar de los que son chorros ahora, como Dargellos o Fito Paez, que siguen robando con su música.
Finalmente, pero no menos importante, sin chorros no habría mercados de Retiro o La Salada. Creo que no hace falta entrar en detalles, todos podemos comprender lo desastroso que sería el mundo sin ellos. O sea que lo que podemos sacar en limpio de este análisis es que los taxistas sólo quieren el mal para el país mientras que el desempleo es la solución a todos nuestros problemas. O al menos una grata forma de entretenimiento.
Peneführer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Odio hacer esto pero...

Vándalo.

Peneführer dijo...

No odio hacer esto:
¿quièn so guacho? ¿el f7 del word?