miércoles, 30 de septiembre de 2015

Termidor. Zumuva. Uvita fiesta. El Diego.

¿Qué onda la gente que se dedica a inventar y hacer circular por internet noticias falsas? ¿Tan divertida les parece la desinformación? Ya quedó clarísimo que no hay nada más fácil en la era digital que hacer circular cosas sin importar su veracidad. Con tantas cosas increíbles que suceden en el mundo día a día, como la droga caníbal o que el Gigoló se convierta en un personaje mediático y cobre por existir, no me parece que haga falta inventar cosas para maravillarse.
Siento que me estoy perdiendo un montón de chistes por no tener tele y no ver propagandas. De golpe me cruzo memes... olvidáos de lo anterior, vamos a hablar mejor acerca de cuándo fue el momento en que empezamos a aceptar estas palabritas de morondanga con la sonoridad de un pedito. Meme. Emoticón. No estoy seguro haber escuchado a alguien decir en voz alta emoji, puedo ponerme violento si sucede. Completamente cierto que el mayor problema de esas palabras son los conceptos chotos a los que aluden, pero nadie va a negar que Führer o proctólogo son palabras que suenan bien a pesar de aludir a cosas horribles.
Peneproctólogo.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Señalética provisoria

Hace poco pasé por uno de los prontos a dejar de existir locales del massismo, donde todo está expresado en términos de + algo. Uno de ellos era "+ juventud". ¿Cuál es la consigna detrás de eso? ¿Si elegimos a Massa vamos a tener más pibes? ¿Juventud eterna? Siento que no se está tomando muy en serio las elecciones Sergio. Como yo, salvo que yo no me presenté.
Qué bajón debe ser estar por subirte a tocar y ver que la banda anterior está haciendo exactamente el mismo cóver que tenés en la lista. Más todavía si es evidente que lo hacen mejor. A muchos podría desmoralizarlos, pero una verdadera estrella de rock sabe encogerse de hombros y pensar "por algo nos telonean"; acaso el equivalente musical de "por eso jugás en [equipo intrascendente], muerto". Y es que así es la vida en el rock: sin antidoping y llena de cadáveres.
Peneführer.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Anotaciones durante un superclásico

Hoy estoy enfermo, así que no fui a trabajar de cronista. Por eso, les dejo mis "Anotaciones durante un superclásico"*.

Las formaciones son mostradas con las elegantes presentaciones de "sujeto parado levemente en diagonal que mira seriamente a cámara y se cruza de brazos". Por supuesto, manteniendo el nivel de producción bizarro al que Fútbol Para Todos nos tiene acostumbrados la formación no entraba en el plano de la cancha y las fotos de cada equipo estaban en la mitad de la cancha que ocupaba el otro; esto último es quizás una crítica demasiado dura, nadie sabe cómo va a salir el sorteo, pero a los yankis no les pasa.
Empieza la contienda y a los treinta segundos, Gago. En toda La Boca se festeja que Gago se va de la cancha antes de tener tiempo de gaguearla.
No sólo Gago no la gaguea, sino que su reemplazante, el gran Lodeiro, hace un gol. Mucho Barovero para tapar a Tévez, pero muchísimo más el Puntinazo de Oriente. El jugador así denominó su técnica tras pasar meses perfeccionando el Tiro del Tigre.
Calienta Lucho González. No porque sea un hombre particularmente bello (aunque he de decir que Europa le ha sentado muy bien), sino porque es un jugador de fútbol y ahora está de moda que tengan unos cuerpazos marcados con una casaca apretada. Aunque a Mercado no le haya llegado el memo.
No pasa mucho en el partido. Espero ansioso el entretiempo para jugar al Rocket League. ¿Que no sabés qué es el Rocket League? Pues amigo, déjame que te cuente: el Rocket League es el juego que está en boca de todos en países más mainstream que éste. Se trata de breves encuentros de fútbol entre autos que vuelan con pelota y arcos gigantes. Es claramente la evolución del fútbol y el día en que emularlo en la vida real no implique la inevitable destrucción de todo lo que haya en la cancha (incluyendo la cancha misma) habrá un nuevo deporte rey.
Este Alario es bueno, eh. Además de muy flaco. Comete unos fideos, nene.
Siempre muy gracioso cuando un jugador empieza en el banco y termina en el mismo. Porque será un bombón, pero está viejo Lucho. Hablando de señores mayores, ¿Saviola para cuándo?
No me canso de decirlo: el Pity Martinez es un hijo de puta. Es bueno, más vale, pero es más cagón que metáfora.
¿Les conté que tengo dos pantallas en la computadora? Es para jugar al Rocket League. Ahora una pasa el partido y en la otra está el porno digo Bloc de Notas.
Las pelotas que tiene Mammana. Pareciera que sólo hablo de los de River, pero es porque no está Colazo y cuando no juega Colazo pierde el fútbol.
Qué bajón ser hincha de alguno de estos equipos y tener que estar concentrado en lo que sólo puedo imaginar es un embole desde que dejé de prestarle atención. Cuando estás ahí y tenés gente gritando y corriendo adelante tuyo es más fácil mantenerse concentrado en un partido. Tampoco ayuda la totalidad de la internet a un click de distancia.
Se acabó todo. Ni esperé a ver si se cagaban a piñas.
Peneführer.

* "durante", no "sobre".

jueves, 10 de septiembre de 2015

Ársenal of Sárandai

Anoche tuve una aventura. Hace mucho que no tenía una de esas.
Mi aventura fue ir a Sarandí a ver a Vélez por Copa Argentina en medio de una copiosa lluvia.
Afortunadamente, me había propuesto pasarla bien, porque ser hincha de Vélez no conlleva grandes satisfacciones por sí mismo.
Parte de la aventura estaba en ingresar al mítico Julio Humberto Grondona ligeramente bebido y ligeramente drogado, la receta para el mal fútbol.
Otra parte de la aventura estaba en ingresar al estadio, porque la policía insistía en formar embudos en los lugares más inverosímiles como un puente. Parte de un fuerte y necesario operativo policial, por supuesto, que luego incluía un oficial que le decía al otro "palpalos así nomás, que circulen más rápido".
Aventuroso como soy, logré superar todos los obstáculos para ir a dar a la popular visitante, desde la que no se veía para nada el arco más inmediato, en el que terminarían sucediendo los penales. No ví ninguno de ellos y reaccionaba en base a lo que sucedía a mi alrededor. La Pandilla festejaba, yo festejaba; los hinchas de Lanús festejaban, yo me lamentaba.
Durante el primer tiempo el cuerpo me pidió descarga, así que me dirigí al baño ubicado debajo de la popular: sin carteles que indicaran su presencia, sin luz, debajo de una estructura que cuando los que estaban encima saltaban sonaba como una cama muy mala cuando se tiene sexo encima.
Me retiré del estadio con los pies completamente entumecidos tras varias horas en remojo. Estaban para hacer un guiso.
Hoy puedo decir que conozco un nuevo estadio, que espero no volver a pisar nunca en mi vida.
Dora la exploradora.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Europeo villerizado

Cada vez es más complicado salir a hacer cosas, porque cualquier cagada que te mandes queda para siempre documentada. A todos lados a los que vas, hay algún boludo con la camarita, el celular, lo que sea. Vi una vez, allá por las épocas en que a Vélez le iba bien y había gente en la cancha, que a la salida había un infante, menos de dos años, bailando al ritmo de la Pandilla mientras cientos de celulares lo filmaban. En un año de vida hay más videos suyos que en 25 míos. Toda la vida de ese pibe va a estar documentada. Hasta que le pongan una computadora en la cabeza que grabe todo lo que ve y nunca se olvide de nada. NADA.
Todo ésto por supuesto después de verme pifiar todas y cada una de las notas en un solo en vivo y bailando ebrio mientras toco. Malditas cámaras. Me roban el alma.
A la gente que pone hashtags en publicaciones de facebook... perdón, reformulo: a la gente que usa hashtags en cualquier situación de la vida, ¿cuál hay? ¿En qué se beneficia tu discurso porque termine en #weekend? No sé, capaz es la misma gente que quiere que le pongan una computadora en la cabeza y poder verme #bailandoebrio mientras camina.
Peneführer.

P.D.: es cierto, vengo escribiendo poco. Históricamente agosto es un mes de poca actividad para mí. Si hiciera psicoanálisis lo plantearía con mi psicólogo. En cambio voy a apreciar que ya estamos en septiembre y preocuparme en julio del año que viene.