viernes, 30 de julio de 2010

Hay que volver a poner de moda la expresión guacho pistola

¿Sabían que en la terminal del 133 no hay NADA? En ninguna de las dos, pero me refiero particularmente a Montes de Oca.
Acabo de conseguir trabajo. Que triste. Ahora voy a ser explotado, esclavizado, maltratado, blablabla como todos ustedes. Por lo menos no es un call center. No voy a poder jugar al Battle City tanto tiempo. Y el que me venga con que "ahora vas a tener plata tuya, podés gastar en lo que quieras", yo quiero un piso en Puerto Madero y un sueldo de delivery no creo que me alcance. Creo. En realidad Puerto Madero es medio en la loma del orto de todo, pero un piso en Plaza Italia. Ay, ya tengo un piso en Plaza Italia. Dos, de hecho. Y no trabajé para eso. Vieron que trabajar es una mierda. Me tendrían que pagar por existir, ya es suficientemente aburrido. Sí, me desperté existencialista, ¿y qué? A Tinelli no le dicen nada. A propósito de lo cual, ayer ví un rato de Tinelli: ese programa no puede no ser considerado pornografía. A ver, hay un tipo feo con muchos músculos, muchas minitas meneando el orto y menos trama que Commando. Salvo porque no vería una porno con Ricky Fort, es todo lo mismo. Eso tendría que hacer yo. Ser Ricky Fort. Un poco menos desagradable y sin toda la cosa de ser famoso. Pero cagado en guita. No tendría que tomarme el 133 a las 6 de la mañana después de tomar mucho fernet y no terminaría en Montes de Oca una hora y media después. Tendría mi propio chofer, que se llamaría Johnny. O por lo menos yo le diría Johnny. Seguro que llegaría a su casa Johnny, también conocido como Ricardo González, y se pasaría una hora diciendo "este Peneführer es un imbécil. Me vuelve a decir Johnny y lo cago a tiros" y su mujer le diría "otra vez con lo mismo, es lo único de lo que hablás, ya no hay pasión en nuestro matrimonio" y se pelearían y ella tiraría el guiso que estuvo cocinando durante toda la tarde y él rompería un vaso y ella se iría a casa de su madre con las valijas que arma en quince minutos en las que mete toda su vida y él bebería whisky y al día siguiente llegaría borracho y yo le diría "llévame al bar, Johnny" y él chocaría y nos moriríamos. Por esto, señor juez, no debería permitírseme ser millonario.
Peneführer.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja...hoy me hiciste reir,me mato lo de señor juez jaja..
ah y yo no trabajo..
chauuuu

fan2

Anónimo dijo...

A mi no me hiciste reír un carajo

Mich

Anónimo dijo...

Delivery en bici??????????????????????????????????????????