jueves, 4 de febrero de 2016

Sanciones para algunos, banderitas de la CONMEBOL para otros

Jamás creí que tendría a Andújar de héroe, pero literal "se lo ganó a las piñas". Toda la situación igual ha demostrado que me manejo en el mundo del aguante como en el living de mi casa, para horror de mi padre, el sociólogo deportivo. Ahora el nuevo juego en boga es decir dos equipos rivales y una canción conocida para hacer el cántico. Por ejemplo, Gimnasia - Estudiantes, Verano del 92:
"Che Pincha querido, vos sos nuestro hijo,
a ver cuándo venís por acá.
Hace tanto tiempo que no te oímos
contando aquel cuento
de que vos te la aguantás.

Voy a quemar el único, cuánta locura,
Estudiantes es una amargura, ¡vamó el Lobo!

El Pincha es mi hijo, vos corrés hasta de local
Dale Lobo querido, que te quiero ver, te voy a alentar
y al pincharata lo vamo a matar!"
Acepto trabajo de barrabrava.
El otro día pinché una goma de la bici a dos cuadras de la Asociación de Calesiteros y Afines, que de otra manera no hubiera descubierto. Queda en el barrio de Monte Castro, famoso por sus calesitas gigantes con caballos de verdad y sortijas de oro. Ni hablar de sus afines; no hay afines como los de Monte Castro.
Peneführer.

P.D.: me resulta imposible negar que me saltaba un poco la neurosis no pudiendo "justificar" el texto con el celular.

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