miércoles, 14 de octubre de 2015

Seguro que ya usé el título "Sexyniños" porque me conozco, pero aplica

Para seguir con la onda de diario íntimo: una de las cosas que más disfruto en el mundo es hacerle caras a los niños por la calle. Hace poco casi me mato por sacarle la lengua a un niño mientras andaba en bici. Claramente una de las ventajas de ser un saxofonista callejero es que todo el tiempo hay niños mirándome con cara de "¿QUÉ ES ESO BRILLANTE Y RUIDOSO?" a los que hacerle muecas o abrir mucho los ojos mientras toco una escala cromática. Tengo un fanático por Floresta que cada vez que pasa se me para adelante y se queda mirándome fijo hasta que reaccione. Es por eso que me indigno cada vez que escucho a un padre diciéndole al hijo "no hagas caras". ¿Por qué? ¿Qué consecuencia perjudicial puede tener para tu hijo el que le saque la lengua a un vago de 25 años que le está haciendo lo mismo? Transformarse en el vago dentro de 20, en el peor de los casos, al que no parece estar yéndole tan mal, tiene un saxo y una lengua sana. Y le acabás de dar tu dinero. Más te vale que le acabes de dar tu dinero.
Ésto se va a acabar acá. Podrías creer que es cortito, y además de ser un quejica estarías en lo correcto. Pero con la falta de continuidad que vengo teniendo, mi humor es como el golden shower de un viejo con problemas de próstata y debieras agradecer cada gotita de oro que te alcanza.
Peneführer.

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