lunes, 20 de octubre de 2014

Si te están robando y de golpe aparece una lynch mob, ¿qué hacés?*

El viernes me crucé por la calle un pibe tirado en un umbral con una botella de vino y una copia de Watchmen entre las cejas a las 3 de la tarde. A eso le llamo aprovechar el día.
En la esquina siguiente me encontré un pibe en estado de shock que aseguraba que un chabón le había encajado una piña en la jeta "porque sí, de la nada". Le fui a comprar un agua y le presté el celular para que llame a alguien que lo pase a buscar; al contrario del Peneführer, que se portó como un ciudadano de primera, el que lo atendió era medio salame y mientras el pibe lloraba por teléfono para que lo asistan la persona del otro lado de la línea le trataba de preguntar cómo llegar. Insensinble. Y mientras una vieja se quejaba del estado del país y esas boludeces que le encanta decir a la gente en situaciones por el estilo.
Acabo de ver la película que empezó la interminable saga de remakes sobre "partido entre carceleros y prisioneros", a veces con Adam Sandler, a veces con Stallone, Michael Caine, Ardiles y Pelé, a veces con fútbol, a veces con fútbol americano. Esta, por supuesto con fútbol, es húngara, del 62 y sucede en un campo de concentración nazi. A diferencia de todo el resto, que terminan siempre muy bien (salvo por el que muere, a veces explotando con una bomba, a veces resulta ser Micky el entrenador de Rocky), en esta los re cagan a tiros a todos. Seguramente habrá sido una película muy polémica en 1962 en un país tercermundista, pero no supera la prueba del tiempo. Eso sí, nunca vi un partido de fútbol mejor filmado. Golazos uno atrás del otro. El "tonto de anteojos" que hace el gol sobre el final (obvio que el tonto hace el gol/touchdown de la victoria) en esta resulta que era peluquero y al mismo tiempo un wing del re carajo y la clava de volea. Y todo sucede en el cumpleaños de Hitler según la reseña de IMDB, pero la verdad que la fui adelantando porque era malísima.
En fin, no vean "Two Half-times in hell". Tiene un nombre increíble, es cierto, pero los magyares sabían más de fútbol que de cine.
El Papa Pancho.

P.D.: ah, la vieja, a la que no le entendía nada porque hablaba muy bajito y yo estoy medio sordo, por alguna razón pretendía que yo escuchara toda la conversación del pibe por teléfono y se la interpretara.

* "sucumbo" a la presión popular y aprovecho para cometer un crimen impune.

No hay comentarios.: