viernes, 10 de octubre de 2014

No tengo un título. Bueno, sí, del secundario, pero no es exactamente lo que aplica en este espacio

¿Qué onda la gente que escribe "Montoto te amo" en un billete de dos pesos? Transformar a Bartolomé Mitre en Caruso Lombardi o a Julio Argentino en Bane, todo bien, viva el arte; incluso escribir spamenazas (inventé una palabra, ¿les gusta?) de "pasar a 10 personas o...", no te voy a decir que tienen sentido, pero entre un mail y un billete me cago en la diferencia. Ahora, como muchos sabrán, yo soy artista callejero. Entre otras cosas, eso implica que tengo un fajo de billetes de 2 pesos como nunca han visto un fajo de billetes en sus vidas; de hecho, ahora son dos fajos porque uno sólo se me hacía demasiado inmanejable. Entonces me encuentro con cosas como "Chorenastico =D" escritas en mi magra fortuna. No creo alguna vez averiguar qué carajo es un chorenastico, que yo pronuncio chorenÁstico y asumo que la falta de tilde es culpa del analfabetismo, porque chorenastIco además de inventada es una palabra de mierda. Seguro está relacionado directa o indirectamente con el choripete.
Pero estoy perdiendo el hilo. El punto eran las declaraciones de amor en moneda impresa. Se me hace una forma medio efímera de declararle tu amor al mundo. Es casi lo contrario a un tatuaje: uno implica que por el fin de los tiempos (o un poco menos desde la invención de los lasers) vas a tener el nombre de una persona grabado en tu cuerpo, mientras que el otro implica dejar constancia en un papel que una vez usado todas las leyes de la probabilidad aseguran que no va a volver a pasar por tus manos; muchas más chances de que vaya a parar a mi fajo.
Todo esto me dejó con la imagen de un corazón con los nombres de una pareja grabados en un árbol y el proceso de que talen el árbol para hacer billetes a los que otra pareja le escriba exactamente lo mismo. O sea, básicamente me quedé pensando en lo cursis que son todos ustedes, manga de maricotas.
Peneführer.

P.D.: muy relacionado con esto está el tema de pintarle bigotes a los carteles por la calle con el que planeaba hacer chistes hace rato, pero nunca pasé de "¿quién es el hijo de puta que afea a Shakira?".

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