Hoy arreglé un joystick que estaba literalmente desparramado en partes por el piso de mi cuarto con nada más que un papelito y cinta aislante. Me sentí un capo. O sea, normalmente soy un capo, pero ahora además me sentí un capo con habilidades motrices finas.
No sé si lo sabían, pero inventar un/a app para celular no es tan fácil. O sea, las hay más simples y más complicadas, pero en general no es algo que cualquier boludo pueda hacer o cualquier boludo lo estaría haciendo. Mínimo tenés que ser un boludo que sabe un lenguaje de programación y el funcionamiento básico de un smartphone. Entonces sorprende que cualquier boludés tenga su propia app hoy por hoy. "¿Querés escuchar esta radio? No importa que tengas una app para escuchar cualquier frecuencia, bajate la nuestra." Imaginen si toda la gente actualmente contratada para hacer eso se juntara e hicieran el Súper Menem en 3D. ¿Que qué es el Súper Menem? Pues, el mejor juego de toda la historia, por supuesto. Por razones de tempus fugit no puedo ofrecerles el juego en sí, que venía en un disco de 3/4 pegado a una revista en los 90, pero era más o menos así. Cuando digo más o menos quiero decir que era exactamente así, salvo porque toda esa cantidad de chistes era nada más la intro, después pasaba ESTO. Pero no contentos con eso, más tarde uno iba a llevar el país al primer mundo luchando contra personajes maléficos como Batman o Bill Clinton. Puede ser que tuviera el equivalente de jugabilidad a lo que un auto sin ruedas de mobilidad, pero eso no lo hacía menos gracioso. Capaz un poco más frustrante.
Peneführer.
P.D.: sí, les puse una foto de disco de 3/4 porque estoy convencido de que si no la ponía no tenían ni la más puta idea de qué estaba hablando. Puede ser que menosprecie sus conocimientos de computación e incluso de experiencias personales, pero hace poco alguien me dijo que en el comienzo del siglo XXI todavía le sorprendía ir a casas ajenas y ver computadoras, cuando yo ya tenía banda ancha.
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