Quiero que sepan que estoy comiendo dulce de leche casero, hecho en algún pueblucho en las sierras cordobesas, del pote. O sea, básicamente, todos ustedes son inferiores a mí en este momento. Yo tengo una sonrisa de oreja a oreja y para ustedes es un lunes de lluvia* y no somos campeones del mundo. Si les sirve de consuelo, estoy un poco más cerca de morir por exceso de colesterol.
En referencia al muy gracioso gráfico que ilustra este texto, hoy fue el último día en el que tuve un proyector en mi casa. Puedo asegurar ahora sí que no hay un límite a partir del cual la pantalla es demasiado grande para ver porno. Aunque nunca fui a un cine continuado. Ni planeo ir, nunca.
Peneführer.
*Al parecer escribí esto y me olvidé de subirlo. ¡Qué vergüenza! Ahora me voy a meter abajo de una roca a llorar... y comer dulce de leche.
Peneführer.
*Al parecer escribí esto y me olvidé de subirlo. ¡Qué vergüenza! Ahora me voy a meter abajo de una roca a llorar... y comer dulce de leche.
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