lunes, 16 de junio de 2014

¿A quién se le ocurrió que limón era mejor olor que madera para los subtes?

Antes que nada: son todos unos muertos de hambre. Chetos putos, hay que matarlos a todos. Marcos Rojo, mi único héroe en este lío.

Estoy hasta las pelotas de mi celular. ¿A todos les pasa que de golpe lo agarran y hay un cartel enorme que dice boludeces del tipo "ganate un auto mandando un mensajito que sale lo que un auto", cuyo botón de aceptar y empezar a perder dinero es justamente el botón de desbloquear el teléfono, ese que apreto automáticamente cada vez que lo agarro? ¿O esta es la forma sutil de Personal de decir "comprate un smartphone, salame"?
Probablemente ustedes no hacen este tipo de observaciones agudas así que no lo habrán visto, pero ¿vieron que el macribús no deja a los choferes charlar entre sí ventanilla a puerta? Pero igual quieren más macribuses. Siempre pensando en viajar más rápido y no en la felicidad del tipo que se asegura que las toneladas de metal que te rodean no se cierren sobre tu cuerpo y mueras de una forma agónica y horrible, del tipo que no admite ataúd abierto en el funeral. Lindos pensamientos de lunes.
Peneführer.

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