viernes, 9 de mayo de 2014

¿Existe tal cosa como un plomero amigo?

Acabo de soñar que me compraba un atado de cigarrillos. Así, de una, iba al kiosco, me compraba un atado y me fumaba un par hasta que alguien me decía "¿vos no habías dejado de fumar?", "uy, cierto, qué boludo". Igual en la vida real hubiera llegado al kiosco, me hubieran dicho 15 pesos y hubiera salido espantado.
El otro día estaba en un bondi y unas pibas que se subieron, no pagaron y fueron echadas por el colectivero decidieron que estaban en su derecho de ejercer justicia por mano propia ante la indignante situación que estaban viviendo y que la pena era (no, no un linchamiento) que el colectivo fuera golpeado con un palo, situación que el chofer tomó como iniciativa para, después de amenazarlas con violencia física si no la cortaban, comentar con los restantes pasajeros las características de las pibas, usando adjetivos como negras y de mierda y, quizás y sólo quizás, no me atrevo a asegurarlo, invocar el fuego sobre ellas. Cuan edificante toda la situación. Siento que comprendo un poco mejor las reglas éticas y morales que constituyen nuestra sociedad. Ése sí que es un ejemplo correcto para nuestros hijos.
A partir de este punto me siento en la obligación de aclarar que el texto original debió ser censurado porque no llegaba a terminar una frase entera sin usar al menos tres insultos, y alguien me dijo una vez que soy más gracioso cuando no puteo. Así que más te vale que te estés riendo, negro de mierda, o te voy a prender fuego.
Peneführer.

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