miércoles, 27 de noviembre de 2013

-Se murió Ricky Fort. -¿Y?

En un asunto completamente distinto a lo que estás pensando ahora (que anda más por el rango de sorteodelmundial), fichar minitas en fotos del Encuentro de la Mujer o como se llame, ¿es como sacar el teléfono de una mina de la marcha contra el sida?
Ahora, hablando en serio, de todas las ideas que se te cruzan cuando ves un micro REPLETO DE MINAS (algunas de las cuales estaban en tetas), ¿realmente tirarle piedras te parece la mejor? Pero ni aunque vengan del XXIII Congreso por la Supremacía de la Raza Aria. Bueno, creo que en ese caso a los extremistas católicos no les parecería un problema.
En fin, el mundo es un lugar complicado para la gente como ustedes y yo, que no soportamos el subrayador de errores ortográficos del Chrome que funciona en un idioma distinto al propio (y a todos los conocidos) o la violencia de género. Pero más lo primero. Porque la violencia de género de última está desde siempre, es algo contra lo que hay que luchar. En cambio el corrector es un invento reciente. Cuando se inventó tirarle piedras a la gente, el idioma escrito consistía en agitar el miembro mojado en barro sobre la pared de una cueva. Pero miren cuánto ha avanzado el hombre en estos varios milenios, que seguimos tirándole piedras a otra gente y pintando cuadros con nuestros miembros viriles*. Estamos más cerca del espacio que de las cuevas. Y en el espacio no podés pintar con el pene ni tirarle piedras a las mujeres porque no hay gravedad. O sea que la solución a la violencia de género está en ir al espacio. ¿Para qué pasan varios años estudiando sociología que tienen que recurrir a mí para todo?
Peneführer.


**se parece a Ricky Fort este Pricasso.

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