Carta a una minita que canta

Es cierto todo lo que escuchaste. No puedo pensar en otra cosa que en tus labios cerca del micrófono cuando cantás tu aburridísimo y monótono reggae, moviéndote sin onda ni ritmo al compás de una batería electrónica. Eso también me hace acordar un poco a Craftwork o como se llame, y me asusta un poco. Pero pensar en tus remeras de chalas, tus letras sobre la marihuana y todos los otros clichés que llevás con vos al escenario habitado únicamente por tu espíritu libre, tus anchas caderas y tu notebook -que también tiene dibujos de chalas-, me hacen dar cuenta que no cantás bien, ni bailás bien, ni escribís buenas letras, y probablemente nunca en tu vida hayas estudiado música, pero que sos hermosa, a pesar de que lo disimules vistiéndote como el orto, con ropa que te queda grande y un gorrito con, para variar, una chala. No físicamente, con tus rollos y tus pecas y tus tetas caídas, sino en tu alma revelde y drogadicta que va siempre contra el sistema aunque normalmente fumes tanto que no puedas articular tres palabras. Yo la verdad que no estoy en contra del sistema. Ni fumo. Y odio el reggae. Y las baterías electrónicas. Y a vos. Pero no puedo pensar en otra cosa que en como me gustaría golpearte con esa Vaio de mierda hasta que dejes de torturarme con esos gemidos que llamás música. Pensar que me cobraron 10 pesos la entrada nada más porque "tocabas" vos, gorda de mierda, la concha de tu hermana. Me podría haber comprado otra birra y capaz estando más borracho te revoleaba algo, te daba en la cabeza, te daba un derrame y te morías y no me rompías tanto los huevos. Pero como tuve que pagar esa entrada estoy sobrio y no me da por la violencia. Todo por tu culpa. Gorda trola; si fueses revelde estarías cantando afuera abajo de la lluvia, gratis. Voy a juntar un par de ebrios aca alrededor y te vamos a matar, porque viendo las caras están todos pensando lo mismo que yo. Mejor empezá a correr. Pero, ¿sabés qué te va a pasar? Te vas a tropezar con esos pantalones de mierda porque te quedan gigantes y te vamos a mandar al hospital -si tenés suerte-.
No me gusta el reggae. Piénsenlo antes de tocar adelante mío.