jueves, 4 de febrero de 2010

Aprendí a ser formal y cortés y a golpear bohemios

¿Por qué será que son tan dolorosos los instrumentos musicales? "¿Dolorosos? Este Peneführer está loco" piensan, ingenuos lectores. Andá a que te peguen con una tuba a ver si no duele. Pero no es eso a lo que me pretendo referir. Cuando alguien decide aprender a tocar un instrumento, todos piensan "qué lindo, el arte, vamos todos a Puán a tocar una chacarera", pero ¡NO! Ahora los familiares del infeliz que decidió ser el nuevo Pachelbel tienen que escuchar un violín ser masacrado día y noche durante años antes de poder sacarle una nota que no suene a un chancho cogiendo sobre un Renault 12. "Ah, va a tocar la trompeta, podemos hacer una de Miles Davis cuando sepa más". ¿Ustedes saben cuánto está el estudiante promedio en sacarle sonido limpio a una trompeta? 3 semanas. 3 jodidas, horrorosas, sufridas, dolorosas semanas. ¿Por qué no inventan un instrumento para tontos, como el pianito para bebés, y cuando sepa hacer algo le dan el de verdad? Yo sé que con métodos así no hubiese existido Bach o Beethoven, pero tampoco me dejan pegarle al estudiante que falla en la práctica musical así que no comparemos épocas. Estoy indignado, sí. Voy a sacarme la bronca tocando el clarinete.
Peneführer.

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