martes, 25 de noviembre de 2014

Acabo de leer un libro sobre niños aplastados por trenes y aun así sigo cruzando las vías como el culo

El juego de guerra de pulgares resultó ser una mierda, como la guerra de pulgares. Quién lo hubiera dicho.
Ayer un señor se me puso a charlar cuando estaba callejeando e insistió en contarme que para levantarte una mina "en su época" había que saberse cosas tipo "Quizás quizás quizás", que eran todas unas mojigatas hasta que les cantabas una buena balada. Cuando viva en su época me va a resultar una información re útil. También me habló de dos personas que ya estaban muertas, lo que me dio un toque de miedo. La gente cae como moscas alrededor suyo.
Qué graciosos son los carteles en los que el gobierno de la ciudad te dice todas las cosas que eventualmente hará por las que debieras votarlos. Como un cartel que dice "proximamente ampliaremos la esquina de Alberdi y Carabobo" en vez de plantar un árbol, que es lo que realmente necesita el nido de caños de escape que es dicha esquina.
El otro día en el bondi vi un pelado con el Monumental tatuado en la nuca. Y eso es todo lo que voy a decir al respecto.
Peneführer.

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