Hay algo en los colectivos que saca lo peor de la gente. Y hay algo en la edad que también saca lo peor de la gente. Esto nos deja en una situación muy incómoda, dónde la gente mayor se dedica a armar quilombo en todo colectivo en el que sube. Hay un clásico de las quejas de colectivo basado en "sacate la mochila, flaco"; cuando el colectivo está lleno y yo tengo una mochila llena, un saxo y mi buzarda, no importa que la tenga en la espalda o en la mano, te voy a golpear. Sobre todo si te quedás parado en el medio del pasillo en vez de ir al fondo. ¿Por qué la gente no va al fondo? ¿Algún psicoanalista estudió el miedo patológico de los vejetes al fondo de los colectivos?
Hace poco escuché dos frases magníficas: primero, "la puerta es para bajar, no pararse". Entonces bajá, no te quedes discutiendo, viejo choto. La segunda, mucho mejor: "me golpeás con las tetas". A ver, gorda: primero, es tu problema por gorda (no estoy tratando de discriminar, era lo que se dice GORDA la que lo dijo); segundo, la piba no se puede sacar las tetas para pasar más cómoda. A ella le molesta más tener que apretar sus senos contra tu grasa, que a vos apretujarte un poco contra el caño. Si te encanta el caño, gorda. Soñás todas las noches con un 34 vacío. Perdón, me fui de tema. En fin, basta de buscar pelea en los colectivos. Seamos todos amigos, que al fin y al cabo todos nos estamos clavando el cañito ese para sillas de ruedas en el culo.
Peneführer.
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