¿Cómo se puede confiar en una mina que usa lentes de contacto de color?

Qué satisfacción es ver a alguien en un transporte público leyendo un libro que sabés que es genial. Por ejemplo hoy, mirando las tetas de una mina, vi que estaba leyendo "Las brujas" de Roal Dahl y, para colmo, en inglés. Mejor imposible. Tetas y buen libro. Después cuando se bajaba me pareció que la conocía, lo cual hizo bastante peor el hecho de que haya estado pasando de sus tetas a su libro y nunca le haya mirado la cara, pero igual sigo sin tener la menor idea de quién era además de "senos mágicos". Probablemente porque de dónde sea que la conociese no había hecho más que mirarle las tetas.

En un asunto completamente distinto -problema grave de este blog, la continuidad; seguramente relacionado con que escribo en lapsos de una semana y el "hoy" de las tetas es en realidad "la otra vuelta"-, me presento ante ustedes como músico y no como... emmm.. ¿comediante? Vengo con un tema que nos concierne a todos: el público en los recitales pequeños. Cuando sos un guacho pistola tocando para tus amigos en la terraza de tu casa, no está copado que la gente esté mirando el piso con cara de culo o hablando de las tetas que vio el otro día en un bondi. Onda, si no te cabe, andate a tomar un fernet al baño y no me jodas a mí, porque me van a dar menos ganas de tocar y te va a gustar menos. Si estás en River viendo a Roger Waters, hacé lo que quieras, ya le pagaste tus miles de pesos, a él le chupa un huevo. Pero cuando estás viendo a "los pibe", si querés cerrá los ojos y poné cara de "me fumé uno y es como cuando escuché 'Wish you were here' la primera vez"... sí, esa cara que pusiste en el recital de Waters. A mí no me interesa que me mientas, soy una minita cualquiera; sólo quiero que me mires mientras pensás en cuántos puntos tiene que sacar Tigre para que San Lorenzo se vaya al descenso y después me digas que estuve increíble.
Peneführer.

P.D.: ahora que lo pienso, eso me haría un chabón cualquiera, cambiando el descenso por ropa y maquillaje y música por sexo. Y mirar por gemir en lo posible, pero tampoco pido tanto.