lunes, 9 de marzo de 2015

"Los cupones, Amelie"

La semana pasada cuando escribía las boludeces que escribía no estaba enterado que ayer era el día de la mujer y que mi lucha por sus derechos iba a estar tan a tono. Para compensarlo ahora voy a ser mucho más violento y machista.
El viernes en un bar vi lo que un amigo calificó de "un saludo muy femenino": dos minas que no esperaban encontrarse la una con la otra se vieron y emitieron un grito de guerra en C7, que no es do séptima o un bombardeo de Batalla Naval, sino el do 3 octavas por sobre el do central (traducción para no-músicos: agudo, muy muy agudo). No pude evitar imaginar como sería la misma situación si se encontraran dos hombres de voz muy grave. Ante todo imagino que sería una representación muy grosera del estereotipo homosexual.
No voy a negar que hubo un momento de mi vida en que veía a Sofovich con cierta regularidad. No sólo por lo buena que estaba Amelie, sino porque hay algo muy gratificante en mirar programas de preguntas y respuestas y creerte que podrías ganar toda esa plata. Yo no hubiera podido ganar toda esa plata; soy Roger Federer, no la necesito. ¿Quién no veía Quién quiere ser millonario y pensaba "cómo no vas a saber eso, payaso"? Estoy hablando del programa, por supuesto, y no de la película y su extraña creencia de que "cuál era el tercer mosquetero" es una pregunta lo suficientemente difícil para que nadie gane el millón de rupias.
Peneführer.

P.D.: Amelie, la de los cupones de Sofovich, es encontrable en pelotas en Poringa. Nada como un desnudo para lanzar tu carrera (cuando sos una rubia despampanante, no creo que a mí me haga ningún favor).
P.P.D.: ¿sabías que hay una película de la Batalla Naval? El súmmum de la falta de originalidad.

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