jueves, 3 de septiembre de 2015

Europeo villerizado

Cada vez es más complicado salir a hacer cosas, porque cualquier cagada que te mandes queda para siempre documentada. A todos lados a los que vas, hay algún boludo con la camarita, el celular, lo que sea. Vi una vez, allá por las épocas en que a Vélez le iba bien y había gente en la cancha, que a la salida había un infante, menos de dos años, bailando al ritmo de la Pandilla mientras cientos de celulares lo filmaban. En un año de vida hay más videos suyos que en 25 míos. Toda la vida de ese pibe va a estar documentada. Hasta que le pongan una computadora en la cabeza que grabe todo lo que ve y nunca se olvide de nada. NADA.
Todo ésto por supuesto después de verme pifiar todas y cada una de las notas en un solo en vivo y bailando ebrio mientras toco. Malditas cámaras. Me roban el alma.
A la gente que pone hashtags en publicaciones de facebook... perdón, reformulo: a la gente que usa hashtags en cualquier situación de la vida, ¿cuál hay? ¿En qué se beneficia tu discurso porque termine en #weekend? No sé, capaz es la misma gente que quiere que le pongan una computadora en la cabeza y poder verme #bailandoebrio mientras camina.
Peneführer.

P.D.: es cierto, vengo escribiendo poco. Históricamente agosto es un mes de poca actividad para mí. Si hiciera psicoanálisis lo plantearía con mi psicólogo. En cambio voy a apreciar que ya estamos en septiembre y preocuparme en julio del año que viene.

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