miércoles, 12 de diciembre de 2018

Policiales

En una base en la Antártida, un ruso apuñaló a otro porque cada vez que empezaba un libro le contaba el final. Si yo fuera juez, ese hombre sale en libertad y el apuñalado va en cana. Pero por alguna razón que no comprendo, no soy juez. Supongo que tiene algo que ver con que nada de lo que hice en mi vida apuntó a ello, pero aún así es incomprensible. Como también lo es que sí lo sean los jueces que deciden que llevar facturas y cindor es sinónimo de pase gratis para cometer crímenes. "Yo no quería empalarla, pero comí mucho azúcar y la cosa se me fue de las manos".
Como se le fueron de las manos las piedras a los hinchas de River, la seguridad a los policías o todo lo que toca a Bullrich, salvo el vino tinto. Por suerte la Conmebol se calzó el overol y le hizo perder un fin de semana entero a todo el mundo, plata a bocha de gente, la paciencia a cualquiera que le guste el fútbol y todo tipo de seriedad a su competencia. Eso sí que es ser equitativo.
Como Rodrigo Eguillor, que anda paseando su baby face por trenes, para que cualquier pobretón pueda disfrutarlo. Qué ejemplo para los chetos de todo el mundo. Pero no, los pobres no entienden a la gente de bien y lo obligan a bajarse en vez de agradecer que pueden compartir vagón con un baby face que se garcha modelos y travas y todo le va bien. O las actrices que se quejan porque un baby face como Darthés se las quiere coger. O todos los pobres pedófilos encerrados a pesar de que lo único que querían era coger con la face de un baby.
Peneführer.

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