La puta que hace calor

El título lo dice todo. Sudor, olores varios, mosquitos -no creo que haga falta que escriba las dos hojas de puteadas que podría escribir hacia esa raza superior que son los mosquitos-, pero por lo menos mujeres en paños menores. Pero de golpe estás en tu casa, con un ventiladorcito de mierda, no hay una mina ni por casualidad, y te duele la cabeza de tomar mucho vino anoche. ¿Qué es lo primero que se te cruza por la cabeza? "Messi la puta que te parió", pero aparte de eso, "tengo que ir a la playa". Entonces, como un boludo, te ponés a arreglar con tus amigos: "Vamos a Gesell", "no, siempre vamos a Gesell, vamos a San Bernardo que se re pone", "San Bernardo es una mierda, vamos a Mar Azul que no hay nadie"; a esta altura salta un boludo y dice "¿y si vamos a Gualeguaychú al carnaval?" para ser apedreado ferozmente. ¿Y qué hacen entonces? Se terminan yendo a Santa Teresita, donde se quedan sin faso porque es un pueblucho de mierda donde lo único que se puede hacer es drogarse y jugar al truco. "Pero si yo ya había venido acá, sabía que era así, soy un nabo", pensás inútilmente. Y sí, sos un nabo. Armate una banda de rock, conseguite una wolksvagen, una camioneta de esas jipis y andate a yirar por Brasil o Uruguay robando por ahí, haciendo covers de Los Redondos y Damas Gratis. No seas boludo, no te vayas a la costa. Y si te vas, no te pongas a tocar canciones de Luismi en la playa para levantarte minitas. Ya fue eso. Ahora la posta es recitar poemas de Neruda y jugar al tejo, practicar abstinencia hasta el matrimonio y aprender a jugar al ajedrez. Bueno, voy a dejar de escribir antes de que la hipocrecía me mate. Me voy a Mar Azul, chau.
El Peneführer.