
Últimamente estoy hablando de demasiados asuntos serios sin dejar lugar a lo que verdaderamente nos mueve a todos: el deporte. Como la mayoría de ustedes sabrán, yo soy Rogelio Federer. Y al día de la fecha (de ayer), acabo de perder con un tal Stakhovsky en Wimbledon, por primera vez en 9 años no paso a tercera ronda de un Grand Slam y por primera vez en 10 años salgo del top 4. ¿Alguien más sigue discutiendo la idea de que soy un robot suizo que finalmente, 10 años después, se quedó sin batería? Pero mucho más importante que eso es: Djokovich es todo lo que se enfrenta a un inglés ganando Wimbledon por primera vez desde 1936. Andy Murray puede ser un sujeto histórico. Eso sólo se sumaría a una gran lista de grandes hazañas deportivas que han sido logradas en los últimos años. Como Usain Bolt que bate todos los records o el Bichi Fuertes que vuelve al fútbol a los 40 años en la altura de Bolivia, y no como Armstrong y Phelps que estaban re puestos. Está claro que todo esto es el resultado de nuevas drogas irreconocibles por actuales dopings, de las cuales España ha perfeccionado la fórmula. Es obvio que si me dieran una de esas a mí sería Messi. De paso crecería unos cuantos centímetros, que no viene mal. Viagra, digamos, es lo que les están dando.
Peneführer.